"De comer ultraprocesados a subir de peso comiendo sano"
La paciente, una mujer de 27 años, acostumbraba a llevar una alimentación basada principalmente en ultraprocesados, comida rápida y poco equilibrada. Un día típico para ella podía incluir bollería industrial o tostadas con mantequilla y mermelada en el desayuno, una lasaña precocinada y refresco para comer, y pizzas o snacks procesados para cenar. Preocupada por su salud, decidió dar un giro radical y adoptó un estilo de vida saludable con cinco comidas diarias en lugar de tres.
Tras el cambio, comenzó a incluir alimentos saludables en abundancia: por ejemplo, desayunaba un bowl de yogur griego con granola casera, semillas, frutos secos y frutas; en la comida consumía grandes ensaladas con aguacate, quinoa, pollo a la plancha, picatostes integrales, frutos secos, semillas, quesos y abundante aceite de oliva; entre horas optaba por frutos secos y dátiles; y en la cena comía grandes porciones de pescado con boniato asado y verduras al horno. Había pasado de 3 a 5 ingestas. Aunque ahora se sentía más enérgica, la calidad nutricional era superior, pero las calorías consumidas eran significativamente mayores, especialmente por el exceso de grasas saludables y carbohidratos complejos, lo que la hizo subir de peso y sentirse incómoda con ello. Además, desde este cambio había adquirido cierta rigidez dietética.
Frustrada por esta situación, la paciente acudió a mi consulta. Mi abordaje nutricional se centró en explicarle detalladamente cómo equilibrar un plato de forma adecuada, qué significa realmente comer saludable y qué es una ración adecuada según sus necesidades. Trabajamos juntas sobre la importancia de las frecuencias de consumo recomendadas de diferentes alimentos y, sobre todo, nos enfocamos en la conexión con sus señales internas de hambre y saciedad, ya que la paciente estaba comiendo según lo que creía que "debía" y no según lo que su cuerpo realmente necesitaba.
También abordamos la flexibilidad dietética, ayudándola a superar esa rigidez que había adquirido con su nuevo estilo de alimentación. Además, trabajamos de forma integral su estilo de vida, incluyendo pautas sobre ejercicio físico regular y la mejora en sus hábitos de descanso, aspectos que la paciente ya estaba intentando modificar desde antes de acudir a consulta.
Tras estas modificaciones integrales, la paciente aprendió a escuchar a su cuerpo, logró equilibrar mejor sus comidas y comenzó a perder peso de manera progresiva y sostenible. Además, experimentó una sensación de ligereza y energía constante, comprendiendo finalmente que una alimentación saludable no solo depende de los alimentos escogidos, sino también de respetar las cantidades, las necesidades reales de su organismo y mantener un estilo de vida flexible y equilibrado.
Conviértete en un seguidor de este podcast: https://www.spreaker.com/podcast/comiendo-con-maria-nutricion--2497272/support.
Más
Menos