¡A pensar... también se aprende!
El pensamiento crítico comienza con la capacidad de hacerse buenas preguntas y es fundamental para ver más allá de lo evidente, expandir la mirada, ampliar nuestro foco de atención y lo más importante, es una habilidad urgente de desarrollar en los niños y niñas, desde edades tempranas, desde el inicio de la “edad de los ¿por qué?”, a los 3 o 4 años.

Los niños/as y adolescentes con pensamiento crítico son capaces de cuestionar la información que reciben, valorar la veracidad de las fuentes, e interpretarla para llegar a sus propias conclusiones. Esta capacidad se convierte en una herramienta valiosa que los ayuda a identificar lo que es real, confiable y relevante, en un entorno lleno de opiniones y datos.

Tenemos tal dependencia del celular qué, si se nos queda en la casa, seguro nos devolvemos a buscarlo, para no estar desconectados.

El excesivo uso de la tecnología está afectando la calidad de nuestras relaciones interpersonales, llevándonos a una completa desconexión emocional.

Necesitamos definir momentos y espacios del día, libres de pantallas.

Es fundamental volver a dedicar tiempo a las relaciones personales, teniendo conversaciones significativas, mostrando un genuino interés en los demás.

Además de las palabras, el lenguaje corporal y la voz juegan un rol fundamental en nuestras interacciones diarias y tienen un impacto significativo en la construcción de relaciones sociales y vínculos afectivos; pueden confirmar o contradecir lo que decimos verbalmente.

La esencia de la comunicación es su capacidad de crear vínculos afectivos y fortalecer las relaciones interpersonales.

A través de una comunicación personal, directa, cara a cara, podemos resolver conflictos, generar confianza y promover la cooperación entre las personas,…que tanta falta hace hoy en nuestro país.

Entrevista en profundidad a Estela María Bellomio, finalista categoría Música del Global Teacher Prize 2024.
Estela nos comparte su pasión por la música desde los primeros años, sus estudios y su rica experiencia como integrante de orquesta, concertista y docente universitaria.
En especial, su innovadora experiencia de los últimos años realizando clases de música a niños preescolares, con un enfoque basado en la neurociencia. La música se transforma así en una herramienta muy efectiva para potenciar el desarrollo emocional, social, cognitivo y verbal de los niños, haciendo posible además, la efectiva inclusión de estudiantes con necesidades especiales.

Con los avances en neurociencia se sabe que la MÚSICA tiene la capacidad de influir en el ser humano, en todos los niveles: biológico, psicológico, fisiológico, intelectual, social y espiritual.

Sin embargo, trabajando directamente con una cantidad significativa de Educadoras de Párvulos hemos podido constatar que, en su formación, la mayoría de las veces, no han tenido una aproximación a la música que les desarrolle competencias para estimular en los niños habilidades artístico musicales, y menos aún, para utilizarla como herramienta al servicio de su bienestar socio-emocional.

Este año en nuestro país son 35 las universidades que ofrecen la carrera de Educación Parvularia. Los estudios duran en promedio, 4 años y medio o 9 semestres. Al revisar las mallas curriculares, se constata que la música tiene poca relevancia en la formación de las Educadoras.

Nadie puede enseñar lo que no conoce, no siente o no vive, por lo tanto, para que las Educadoras se apropien de la música y puedan utilizarla en todo su potencial, en su propia formación debiera estar presente de manera transversal, todos los semestres.

En el próximo podcast tendremos una interesante ENTREVISTA a Estela Bellomio, finalista del Global Teacher Prize de música 2024, no se la pueden perder!! Los esperamos!!

Los países asiáticos, además de ser potencias en el ámbito económico y desarrollo tecnológico, se han convertido en líderes en resultados educativos.

Hace ya varios años que en las pruebas PISA que evalúan aprendizajes en matemática, lectura y ciencias en estudiantes de 15 años (II Medio), Singapur, Japón, Corea del sur, Taiwan, Macao y Hong Kong, están en los primeros lugares.

Los buenos resultados de aprendizaje están asociados a políticas de estado y metas compartidas y apoyadas por todos los estamentos de la sociedad.

A pesar de las diferencias culturales, existen elementos claves que podemos incorporar, para mejorar los resultados de aprendizaje de nuestros estudiantes:

-Dar mucho énfasis a la educación ética, moral, cultural y social desde pequeños, con énfasis en el “aprender haciendo” y practicando: el respeto, el autocontrol, la autonomía en la vida diaria, el cuidado de la salud y la sana alimentación, así como el cuidado del entorno. Es decir, desarrollar habilidades para el bienestar.

-Invertir en habilidades para el bienestar, sube los niveles de bienestar de los alumnos y además, mejora su desempeño en asignaturas y pruebas internacionales.

-Desarrollar habilidades para el bienestar de estudiantes y docentes es, en esencia, fortalecer los lazos entre la escuela y la vida. Aprendemos a convivir de manera más positiva y respetuosa, sembrando las semillas para un cambio cultural que promueva una convivencia social más armónica.

A nivel internacional, existe amplia evidencia que cuando los estudiantes obtienen mejores resultados educativos, los países poseen una cultura que valora la educación y las exigencias para ser profesor son tan altas como las de otras profesiones.

La formación docente no solo se enfoca en el dominio de los conocimientos y competencias propias de su área, sino fundamentalmente, en el desarrollo de habilidades blandas, ya que los educadores son formadores de personas.

Los sistemas educativos que tienen éxito, encuentran vías para atraer a los mejores a la profesión docente, proporcionándoles formación continua y adecuada, dando a los profesores un estatus similar a los profesionales más respetados en el país.

Como los niños aprenden lo que ven y lo que viven, los hábitos de cortesía y buenas maneras necesitan ser primero practicados y enseñados por los padres.

Sin urbanidad no hay futuro” en los últimos años, hay un auge de los “malos modos”. “Un país no es rico porque tenga diamantes o petróleo. Un país es rico porque tiene educación. Educación es que, aunque puedas robar, no robas.

Desgraciadamente, la falta de cortesía se repite en todos los estratos sociales. Además, esa actitud de desconsideración hacia otros, se manifiesta en conversaciones cargadas de garabatos, en programas televisivos donde tiene cobertura y protagonismo la extrema vulgaridad, en todas sus manifestaciones.

La cortesía, aunque no es una virtud equiparable a la justicia, la compasión o la generosidad, es la antesala de todas ellas. “la urbanidad es algo muy pequeño que antecede a algo grande” No se puede construir una sociedad sin respeto y consideración por los demás.

Capítulo 4-
"Jamás la escuela y el maestro podrán ser reemplazados por la tecnología… hace falta la pedagogía del afecto".
La disciplina positiva anticipa y refuerza los comportamientos deseados. Se enfoca en la prevención en vez del castigo. Prioriza la comunicación y comprensión de las consecuencias de los actos.
Los padres y profesores deben decir a los niños, en forma clara y precisa, qué se espera que hagan. Explicitar también las consecuencias, si ese comportamiento se manifiesta o no. Además, al comienzo, es necesario proporcionar retroalimentación inmediata.

Mediante las estrategias de disciplina positiva, los niños aprenden, por ejemplo, a:

· Respetar las opiniones de sus compañeros y tratar de entender sus puntos de vista.

· Asumir la responsabilidad de sus acciones.

· Autocontrol y solución de problemas.

· Fortalecer una autoestima positiva.

· Integrarse con sus compañeros, respetando las diferencias.
No se ponen etiquetas, el foco está en las conductas -ya sean positivas/negativas- y sus consecuencias.
"El propósito de la disciplina positiva es enseñar habilidades para la vida y no solo corregir comportamientos”