El negocio de las armas

By: Fernando Doyle

Narrated by: Virtual Voice

En general, la guerra es algo terrible, ya que hay una pérdida de vidas humanas y tiene un impacto negativo en grandes franjas de personas mentalmente durante toda su vida. La realidad es que la guerra es parte de la naturaleza humana, y al fabricar armas y participar en guerras de poder es posible evitar conflictos más grandes o guerras totales junto con el control del flujo de armas en todo el mundo. Hay armas biológicas y nucleares que son extremadamente aterradoras, y potencialmente podrían acabar con la vida humana tal como la conocemos. Al permitir las guerras de poder y vender armas, las naciones pueden controlar el flujo de armas y garantizar que no se utilicen armas de destrucción masiva. La mejor defensa es tener un ejército altamente entrenado y producir sistemas de armas, ya que permite una que la nación se prepare para posibles conflictos y disuada a sus enemigos, asegurándose de que sus sistemas de armas estén a la vanguardia para mantener la superioridad en caso de que surjan enfrentamientos. La guerra ha resultado en una gran cantidad de dificultades a lo largo de la historia de la humanidad, pero también ha traído la mayoría de los avances tecnológicos que tenemos en nuestras vidas hoy. La diplomacia es excelente e ideal, y los estados que participan en el comercio tienen menos probabilidades de participar en la guerra. Sin embargo, gran parte de lo que comerciamos es la tecnología que se creó en tiempos de guerra, por lo que, aunque el conflicto armado no es lo mejor que los humanos pueden ofrecerse entre sí, a veces es inevitable. Tiene algunos cambios tecnológicos y sociales positivos asociados. La libertad no es gratis, y debemos abogar por la paz; Por lo general, la paz sólo es posible mediante el dominio del comercio, el flujo de armas y la disuasión de la oposición a través del miedo, que a veces requiere combate. Ojalá fuera diferente, pero no lo es. La guerra es inmoral pero necesaria si la gente espera vivir libre y quiere que sus antepasados disfruten de las libertades que ellos han tenido durante sus vidas. Los embargos, las sanciones y la congelación de activos se han utilizado desde la antigüedad, pero funcionan hasta cierto punto. También pueden dañar la economía a nivel mundial, como hemos visto con las sanciones a Rusia durante su ofensiva en Ucrania. El mundo entero ha experimentado una alta inflación y una recesión económica; mientras tanto, la producción interna rusa ha aumentado a niveles que son los más altos desde el final de la Guerra Fría, y la paridad del poder adquisitivo en Rusia está en el nivel más alto que se ha visto en décadas. La guerra económica puede funcionar con la diplomacia, pero en general, toda la economía mundial sufre, excepto la nación objetivo, especialmente si es resistente y tiene grandes cantidades de recursos naturales.

"La mejor defensa es un buen ataque". -Jack Dempsey