En este último capítulo Xabier Lizarraga, describe, poéticamente amas de casa, que aparte de realizar infinidad de tareas son capaces de gozarse, y por ello infunden miedo a los hombres, que pretenden destruirlas.

Los magos invocaron a su Dios para ir cazar brujas, pero éstas provienen de la vida de las mujeres

Las brujas cansadas de tanto maltrato, sufrido en silencio, protestaron estremeciendo la tierra y sembrando miedo, sobre todo, entre los hombres.

Las mujeres conscientes de la opresión del dios de los hombres, se agrupan y rebelan; se orientan convencidas de que pueden gozar.

Xabier narra como las mujeres perturban un mundo creado y regido por hombres, dueños de la historia. Ella son seguidoras de la diosa Hécate (pagana). Las peligrosas mujeres quieren apropiarse del placer sexual, que Dios creo para los hombres. Al final describe lo que ellas cocinan en sus peroles y que por cierto, nos deja muy mal parados.

El Capítulo 4 del libro “Las brujas son mujeres” (Xabier Lizarraga), es un escrito corto, y en él revisa la estirpe de hombres y mujeres.

Establece diferencias por demás importantes entre magos y brujas.

Describe a los brujos como inexistentes o totalmente diferentes a las brujas, si acaso son magos. Ellos se valen de cuanto está a su alcance para usarlo en beneficio propio. Creadores del orden masculino al que enfrentan las brujas.