Desde el primer latido nuestro corazón ha sido testigo de toda nuestra experiencia vital. Adaptando su ritmo al miedo, al sufrimiento, los traumas, los momentos de felicidad, placer, incertidumbre, rabia, estrés, etcétera. Él late unas cien mil veces al día. ¿No crees que merece momentos de pausa como este?

Espero que desde mi voz encuentres el placer de latir en reposo.

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En los tiempos frenéticos que vivimos nuestra capacidad de sentir normalmente está anestesiada, ya que para poder sentir necesitamos restablecer el silencio, la pausa, la lentitud… Necesitamos hacer hueco en nuestras agendas para lo realmente importante.

En este nuevo episodio te invito a reconocer tu capacidad de sentirte desde el interior y a observar sin juicio momento a momento lo que acontece en tu cuerpo-mente. Permítete sentir aquello que estés sintiendo porque por algo lo estás sintiendo.

Espero que desde mi voz encuentres el placer de latir en reposo.

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Si prestamos atención, vemos cómo la respiración se ve afectada por lo que pasa tanto dentro como fuera de nosotros. Ella se adapta constantemente a aquello que nos toca vivir, por eso damos por hecho que no necesita de nuestra atención y cuidado. Sin embargo, aunque podamos respirar, no significa que siempre lo hagamos libre y plenamente.

En este primer episodio te invito a dejar espacio a tu compañera fiel, la respiración, y a respirar con todas tus células. El cuerpo humano tiene unos 37 billones de células que respiran, aunque no seas consciente de ello.

Donde hay respiración hay vida. ¡Es momento de parar y respirar!

Espero que desde mi voz encuentres el placer de latir en reposo.

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