• El equilibrio mariano perfecto
    Nov 21 2024

    El «hágase en mí» de María

    [María] deja hacer. Ella pone su alma tan a disposición del Hijo que Él puede usarla como quiera.

    Fin de la cita.

    La semana pasada, nos habíamos detenido en el ofrecimiento de Dios, un ofrecimiento tan duradero y tan estable que, en él, María pudo dejarse formar completamente.

    Hoy vamos a dar un paso adelante: acabamos de escuchar que María permite ser moldeada. Esta es la actitud fundamental de la criatura frente a su Creador: se trata de una confianza tan ilimitada que, es verdad, sólo la Inmaculada la pudo tener de esta forma tan incondicional. Sin embargo, por gracia, nos es otorgada a cada uno de nosotros. […]

    ¿Actividad o pasividad?

    Esto tiene una aplicación para nosotros en nuestra vida diaria.

    Vamos a dar un ejemplo: un esposo que confía una tarea a su esposa. Pero podríamos también imaginar el ejemplo de una esposa que hace notar algo a su esposo o representarnos la relación entre el superior de una comunidad y su subordinado. […]

    ¿Actividad o pasividad? Un ejemplo práctico

    Un ejemplo de la primera actitud podría ser la sugerencia de nuestro esposo de que una pieza de la casa no está tan limpia.

    La actitud totalmente pasiva consistiría en limpiarla lo mínimo posible, utilizando lo que haya disponible en casa, como vinagre u otro producto sencillo o solo agua, para cumplir de manera superficial. Esto sería un ejemplo de una actitud pasiva. […]

    El equilibrio mariano perfecto

    Ahora bien, veamos un ejemplo equilibrado: una esposa que asume y cumple plenamente la sugerencia de su esposo. En este caso, ella tomará en serio la sugerencia de que la pieza no está limpia, inspeccionará el lugar y tomará las medidas más apropiadas para que cumpla con las expectativas de su esposo, según sus intenciones. […]

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  • Conocer a Dios
    Nov 14 2024

    Sentir a Dios

    Sintiendo en sí y en torno a sí la plenitud de la divinidad, sabe que el ofrecimiento de Dios dura y durará, que puede confiarle tranquilamente a esta oferta toda su alma, todo su ser, para ser formado de nuevo.

    Fin de la cita.

    (S) La semana pasada, nos habíamos detenido en el hecho de que María siente la plenitud de la divinidad en sí misma y a su alrededor. Esto nos había llevado a reflexionar sobre la importancia de sentir a Dios, e incluso, sobre las posibilidades de sentir a Dios. Muchos hombres, hoy en día, incluidos católicos practicantes o cristianos en general, ya no creen que Dios pueda ser una presencia real en sus vidas. […]

    Conocer a Dios

    Ahora, pasamos a un nuevo elemento que surge igualmente de la oración que contemplamos hoy: sentir la plenitud de la divinidad en sí misma y a su alrededor hace que María sepa algo. Es decir, el verdadero conocimiento del ser humano viene de la experiencia de una plenitud de amor. Esta afirmación tan sencilla, si se toma en serio, podría hacer tambalear los cimientos de cierta forma de entender el conocimiento en el mundo de hoy.

    El conocimiento en el mundo actual es el que se puede medir y cuantificar y así comprobar. […]

    La paz de la presencia del Señor

    En este caso específico, estamos hablando de un saber de María sobre el ofrecimiento de Dios. Este ofrecimiento dura y durará, es decir, es estable, no cambiará nunca. Vale la pena también recordar de qué ofrecimiento estamos hablando. En el caso de María, estamos hablando del ofrecimiento de hacer de ella la madre del Señor, la madre del Altísimo, con todo lo que esto conlleva para la vida de María, para la vida de los creyentes, para el plan de salvación. […]

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  • Sentir a Dios
    Nov 8 2024

    Entregarlo todo a Dios

    Cuando [María] diga su sí, se arrojará toda entera a la totalidad de Dios sin querer comprender o saber algo particular.

    Fin de la cita.

    La semana pasada, dedicamos nuestras últimas palabras a subrayar la importancia de una entrega total a Dios, y lo hicimos con esta cita, destacando el valor de la confianza que, en realidad, ya era un acompañamiento del elegido por parte de Dios, era presencia de la gracia, a la que el elegido solo tenía que decir sí y abandonarse.

    Hoy destacaremos otro aspecto que tiene que ver con la parte final de la cita «sin querer comprender o saber algo particular», deteniéndonos primeramente en «sin querer comprender» y después en el «sin querer […] saber algo particular». […]

    Lo particular al servicio del todo

    «sin querer […] saber algo particular».

    Fin de la cita.

    Y ahora pasamos a la segunda parte de la cita. Quien se arroja en Dios, como María, no debería querer saber algo particular. Entendamos bien, sin embargo, que esto no significa que uno renuncia a su entendimiento, sino que hay un todo que ahora está en el primer plano, un todo que reclama todo el espacio para sí y hace que lo particular retroceda al segundo plano.

    Por esto, a pesar de las diferencias de las distintas personalidades, normalmente, cuando encontramos alguien que pertenece a una Orden o un Instituto secular, deberíamos respirar la atmósfera que viene de aquel carisma. […]

    Sentir a Dios

    Sintiendo en sí y en torno a sí la plenitud de la divinidad, sabe que el ofrecimiento de Dios dura y durará, que puede confiarle tranquilamente a esta oferta toda su alma, todo su ser, para ser formado de nuevo.

    Fin de la cita.

    María siente la plenitud de la divinidad en torno a sí, es más, en ella misma. Ya solo este punto debería dejarnos asombrados. María siente. Este hecho es tan importante que podríamos detenernos en ella durante semanas. Hoy le dedicaremos solo algunos pensamientos. María siente, es decir, es capaz de percibir en sí misma y en su entorno la plenitud de la divinidad. […]

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  • Arrojarse a la totalidad de Dios
    Oct 31 2024

    La plenitud total de Dios

    Sin tener que reflexionar sobre esto, [María] sabe que Dios mismo le regalará la plenitud total de Dios, una plenitud que ella presiente detrás de la pregunta del ángel ⁠–⁠pues por su Hijo debe venir al mundo el cumplimiento de cada una de las promesas⁠–⁠ y ella sabe bien que esa gracia de Dios afectará a toda su tarea, no solo a una parte, como la concepción, el nacimiento o algún otro misterio.

    Fin de la cita.

    Esta semana estamos todavía comentando el segundo capítulo del libro Ancilla Domini, dedicado al alma de la Madre. La semana pasada dijimos que la Madre sabe claramente que recibirá la fuerza para cumplir su tarea con el acto de su elección. Hoy, el tema principal de nuestra meditación es la plenitud, esa plenitud que Dios tiene reservada para María y que María presiente detrás de la pregunta del ángel.

    ¿Qué es esta plenitud de la cual habla Adrienne?

    Esa plenitud tiene, por así decirlo, dos partes: primero, es una plenitud correspondiente al designio de Dios para con el pueblo elegido, Israel, y luego, tras Cristo, para todo creyente en Cristo, es decir, para todos los cristianos, de los cuales la primera es la Madre del Señor. […]

    La respuesta total a una misión

    ¿Qué relevancia puede tener esto para todos nosotros?

    Cuando decimos "sí" a una misión, cuando Dios nos escoge para una tarea y nosotros la aceptamos, no es solo una parte de nuestra personalidad la que es requerida, sino todo nuestro ser. Todo nuestro ser es afectado por la gracia de Dios que nosotros dejamos entrar al responder a la llamada de Dios. Por esto para Adrienne y para el p. Balthasar es tan importante que nuestro sí lo sea sin reservas, sin mirar atrás, ya que no es solamente una de nuestras cualidades que es requerida por Dios, una parte de nuestra vida (como pasa allí donde los votos no son tomados en serio o son simplemente descartados), sino toda ella. […]

    Arrojarse a la totalidad de Dios

    Cuando diga su sí, se arrojará toda entera a la totalidad de Dios sin querer comprender o saber algo particular.

    Fin de la cita.

    Hasta ahora hemos mencionado las cualidades individuales de María, sus misterios individuales, pero siempre, siempre, se nos ha mostrado que lo más importante es la totalidad. Esta pequeña cita nos lo repite de otra forma y añade:

    «Cuando diga su sí, se arrojará toda entera a la totalidad de Dios »

    Es decir, cuando el ser humano responde con su "sí" a la llamada de Dios, es llamado a arrojar todo su ser en la totalidad de Dios, que lo abarca todo. No se destaca un aspecto específico de la llamada o algún aspecto particular de Dios, sino que se trata de dos seres en los cuales uno se entrega enteramente al otro. […]

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  • Vivir en la plenitud invisible
    Oct 25 2024

    Vivir en la plenitud invisible

    La cercanía de Dios, la verdad simple en la que ella vive, es la plenitud de la vida cristiana en ella. María ha dicho su sí a esa plenitud porque es lo que se esperaba de ella. Y lo ha hecho sin descomponer esa plenitud, sin conocerla, sin querer tener una visión total de ella.

    Fin de la cita.

    La semana pasada habíamos terminado meditando la unidad del alma de María y la unidad del pecado. Habíamos dicho que, así como las cualidades del alma de María no se pueden desvincular de la totalidad de ella, también los pecados individuales no se pueden destacar, no se pueden separar del fondo magmático de pecado que invade el alma del hombre. La salida desde este estado pecaminoso lo da la confesión. […]

    Acoger la plenitud

    [Ha] acogido [esa plenitud] siendo la que ella era, la sierva del Señor, en su humildad perfecta, pero sin mirar a su humildad, sin detenerse en ella misma, sin comprobar si era digna o capaz de decir sí a algo tan grande, sino sabiendo claramente que la fuerza para el cumplimiento le será dada junto con el acto de ser elegida.

    Fin de la cita.

    (S) En su sencillez este texto es muy bonito e importante para la vida espiritual. Destaca que María quiere servir y nada más, es humildad perfecta y, sin embargo, no se detiene en estas actitudes o cualidades de su propia humildad. No se enorgullece de las gracias que Dios le otorga. No se detiene en ella misma. ¿Por qué Adrienne, destaca este no mirar de María a sus propias cualidades? ¿Este no detenerse en ella misma? Porque esta actitud de no mirarse a sí mismo tiene un gran valor para la vida espiritual en general y para la respuesta a la llamada en particular. […]

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  • La gracia de la confesión
    Oct 17 2024

    La unidad del alma y la del pecado

    Quizá no haya mejor forma de ilustrar la unidad de su esencia luminosa que contrastándola con la imagen especular oscura, con la unidad del pecado.

    Fin de la cita.

    (S) La semana pasada nos habíamos detenido sobre las cualidades de una vida entregada a Dios. Comentando el pasaje del libro de Adrienne que describe la unidad de las cualidades de María, dijimos que no se podía destacar una de ellas sin, al mismo tiempo, considerar todas las demás. Esto era debido a la centralidad que Dios tenía en su alma, una centralidad que iluminaba, engendraba todo lo que es bueno, bello y verdadero en un alma.

    Hoy el texto nos habla de la unidad de la esencia de la Madre, que es luminosa. A menudo nos ocurre en nuestras vidas: para entender algo, lo contrastamos con otra cosa. […]

    La gracia de la confesión

    Pues, así como el pecador, cuando en la confesión trata de destacar un pecado individual que quisiera confesar, se da cuenta de que en el fondo cada pecado está unido y relacionado con todos los demás y de que detrás de la falta configurada y comprensible existe en su alma un trasfondo de pecaminosidad amorfa e incomprensible que él nunca será capaz de describir ni agotar; de la misma manera, quien trate de comprender el alma de la Madre por medio de cualidades particulares notará de inmediato cómo todas ellas solo son la representación del fondo infinitamente simple, por infinitamente rico y pleno, de su alma.

    Fin de la cita.

    (S) El texto se comenta prácticamente por sí mismo, no obstante lo cual vamos a meditar algunos elementos.

    Lo que hemos oído nos dice claramente que, en la vida espiritual, todo lo que vivimos o lo que somos, todas nuestras cualidades están unidas entre ellas. No podemos imaginar destacar algo en nuestro ser, aislarlo de todo el conjunto, y pensar que con este procedimiento tengamos una definición del ser. Y esto no vale solamente para nosotros mismos, sino también para los demás. […]

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  • Las cualidades de una vida entregada a Dios
    Oct 10 2024

    Lo múltiple hacia lo simple en María

    [Las] cualidades [de María] confluyen como en un mar. Sus cualidades no existen separadas, una junto a la otra, sino que forman un todo simple.

    Fin de la cita.

    El contexto de las cualidades que se nos dice que confluyen como en un mar es el contexto de la misión. Como hemos visto la semana pasada, el ser de María se ordena a su misión. Una misión que es otorgada por Dios y que también es su verdad más esencial y más profunda.

    Hoy se nos dice algo más, es decir que todo lo que compone la personalidad de María, todas sus características, cualidades, dones, ahora confluyen, es decir, que de toda su dispersión en el ser humano se dirigen hacia algo más grande. […]

    La comunión de los santos

    Por esto, estas cualidades, que ahora forman un todo simple, no son algo que pertenezca al santo exclusivamente, sino algo que de alguna forma queda a la disposición de la Iglesia.

    Y esto es una imagen de la comunión de los santos. Todos ellos participan del Santo que es Dios mismo y reciben de Él dones particulares. Sus personalidades, con todas sus cualidades, participan de sus dones, pero estas cualidades, esas características de la misión de los santos no existen aisladas y por sí solas, sino que son puestas a disposición de la Iglesia, son puestas a disposición justamente de la comunión de los santos para ayudar otras misiones, para servir de apoyo a todos aquellos que, en sus misiones, intentan hacer la voluntad de Dios. […]

    Las cualidades de una vida entregada a Dios

    Si se intentara hacer una elección entre sus cualidades para destacar la más esencial, nunca se podría poner definitivamente una de ellas en el primer plano, pues cada una está vinculada a todas las demás y cada una puede ser contemplada como el punto central de su ser. No se puede siquiera describir una sin al menos aludir a las demás.

    Fin de la cita.

    Ahora se nos dice algo nuevo. Se nos propone destacar una de las cualidades de María, hacer una elección entre ellas, encontrar la esencial. Y la respuesta es que estas cualidades no están aisladas las unas de las otras. Más bien se encuentran vinculadas entre ellas, es más, cada una puede ser contemplada como el punto central de su ser.

    Es como si las diferentes características, cualidades que forman la persona de Maria ahora fuesen unidas por vínculos que hacen que cada una siempre llama a las otras, que nunca se pueda destacar un aspecto de su personalidad, sin que todos los demás sean llamados a estar presentes. […]

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  • Santidad en la vida cotidiana
    Oct 3 2024

    Los dones de Dios para la misión

    Como su misión es tan grande y tan verdadera, Dios le regala sin cesar Su verdad, para que ella cumpla la verdad de Su misión.

    Fin de la cita.

    En el texto que acabamos de oír, vemos diferentes aspectos: el primero es que hay una proporción entre la verdad que Dios regala y el tamaño, la dimensión, la magnitud de la misión de un elegido. Si es verdad que a los ojos de Dios somos todos de gran valor, únicos y irreemplazables –y esto también explica la importancia que para la santa Iglesia tiene la vida humana–, sin embargo, no es por eso que nuestras misiones son todas iguales. […]

    El ser de María se ordena a su misión

    A partir de esta verdad pura y simple de su misión a la que se ordena todo su ser, también se comprende por qué todas sus cualidades confluyen como en un mar.

    Fin de la cita.

    Lo que acabamos de oír en esta nueva cita de Adrienne nos debería sorprender, por su simplicidad y exigencia al mismo tiempo. En el párrafo precedente hemos dicho que Dios dona constantemente su verdad a la misión de María. Ahora se nos dice algo más, que podría pasar inadvertido, que, sin embargo, muestra el pasaje de una vida vivida para sí, que podríamos definir como personal, a una vida vivida para los demás, que podríamos definir como eclesial, o lo que es prácticamente lo mismo, mariana. […]

    Santidad en la vida cotidiana

    No se nos dice que este ordenarse de las cualidades sea automático, no, se dice más bien que algo pasa en el ser de María al recibir la verdad de Dios. Y este algo que pasa es un ordenarse hacia la misión.

    Sí, hay ahí como un fruto de la libertad que recibe algo tan precioso, y este fruto es la decisión de poner todo el ser con sus cualidades, a la disposición de esta misión que ahora se vuelve personal.

    Y esto nos hace pensar en la vida de los santos, en esa capacidad que ellos han tenido, de ordenarse alrededor de lo más grande que habían recibido. Esto más grande, como nos dice Adrienne von Speyr en un artículo de 1949, titulado Santidad en la vida cotidiana, es siempre la Palabra de Dios, pero no una palabra de Dios que ha sido simplemente escuchada y puesta en un lugar periférico de nuestras vidas. […]

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