En un mensaje conmovedor, el Pastor Horacio Guerrero nos llama a la valentía de vivir un evangelio que desafía y transforma. Basado en 2 Timoteo 4:2, somos exhortados a predicar la palabra con pasión, sin importar la popularidad del mensaje.

El mensaje nos alerta sobre los peligros de una fe superficial, donde la sana doctrina es ignorada y la "comezón de oír" busca solo lo que agrada al oído. Se nos recuerda que el verdadero evangelio es difícil, como lo fue para Jesús y los apóstoles.

El Pastor Guerrero nos invita a tomar nuestra cruz y seguir a Jesús, negándonos a nosotros mismos y buscando la aprobación de Dios antes que la de los hombres.

Este mensaje es un llamado a la reflexión y al arrepentimiento. ¿Estamos viviendo un evangelio de conveniencia, o estamos dispuestos a abrazar la cruz y seguir a Jesús?

Te invito a escuchar este mensaje completo y a dejar que el Espíritu Santo te ministre.

En este episodio, exploramos la importancia de la fe y la disposición para ser usados por Dios en el proceso de sanidad. Analizamos cómo las enfermedades han evolucionado y afectan a personas de todas las edades, incluyendo a los niños con condiciones como el TDAH. También reflexionamos sobre la necesidad de priorizar nuestra vida familiar y buscar a Dios en momentos de ansiedad y depresión. A través de la historia de un hombre sanado por Pablo, aprendemos sobre la fuente del milagro: la predicación, la compasión, el contacto visual y, sobre todo, la fe. Invitamos a la reflexión sobre cómo cultivar una fe genuina y actuar con compasión para llevar esperanza y sanidad a quienes nos rodean.

En este inspirador mensaje, exploramos el poder transformador de la fe y la importancia de mantener la mirada fija en Jesús para alcanzar nuestras metas. A través de la enseñanza del apóstol Pablo en Filipenses 3:13, descubrimos cómo superar el pasado, vencer el desánimo y avanzar con confianza hacia la victoria que Dios tiene preparada para nosotros. Aprenderemos a:

• No conformarnos con lo que somos: Siempre hay espacio para crecer y mejorar en nuestro caminar con Dios.
• Enfocarnos en una cosa a la vez: Evitar la dispersión y concentrar nuestra energía en lo que realmente importa.
• No ser víctimas del pasado: Dios ya perdonó nuestros pecados, no permitamos que el enemigo nos recuerde lo que Él ha olvidado.
• Esforzarnos por alcanzar lo que está adelante: Mantener la vista fija en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe.
• Avanzar hacia la meta con determinación: No rendirse ante los obstáculos y confiar en la promesa de la recompensa divina.