Hacer click aquí para enviar sus comentarios a este cuento.
Juan David Betancur Fernandez
elnarradororal@gmail.com
Había una vez Hace mucho tiempo, Ra, el señor de todos los dioses, aún reinaba sobre la Tierra como faraón. Vivía en un enorme palacio a orillas del majestuoso río Nilo, cuyas aguas eran la fuente de vida para todo Egipto. El palacio estaba adornado con columnas de piedra tallada y decorado con frescos que narraban las hazañas de los dioses. Todos los habitantes de Egipto acudían a presentarle sus respetos, llevando ofrendas de oro, incienso y mirra. Los cortesanos, vestidos con túnicas de lino fino y joyas de lapislázuli, no dudaban en complacerlo, y él pasaba el tiempo cazando en los vastos desiertos, jugando a juegos de mesa como el senet y celebrando fastuosas fiestas en los jardines del palacio. ¡Una vida realmente placentera!
Pero un día llegó a palacio un cortesano que le contó una conversación que había oído mientras estaba navegando por el Nilo. . A las orillas del Nilo vio a Thot, el dios de la sabiduría y la magia, sentado junto a la Nut. El cortesano pudo oír cuando Thot le decía a la diosa que algún día su hijo sería faraón de Egipto. Ra se puso muy furioso ya que pensaba que Nadie salvo él era digno de ser faraón.
. Caminaba de un lado a otro en la sala del trono, cuyas paredes estaban cubiertas de jeroglíficos sagrados, gritando
-¡Cómo se atreve Thot a decir eso! ¡Ningún hijo de Nut me destronará!
Reflexionó sobre ello largo tiempo, al cabo del cual, tras invocar sus poderes mágicos, lanzó la siguiente maldición:
Ningún hijo de Nut nacerá en ningún día ni en ninguna noche de ningún año".
La noticia pronto se extendió entre los dioses. Todos decían que debido a esa maldición no podría nunca Nut tener un hijo porque cerraba las oportunidades de procrear en algún día del año. Cuando Nut se enteró de la maldición, se sintió muy apesadumbrada. Deseaba un hijo, pero sabía que la magia de Ra era muy poderosa. ¿Cómo podría romper el maleficio? La única persona que podía ayudarla era Thot, el más sabio de todos los dioses, así que fue a verlo.
Cuando Nut llego donde Thot este se compadeció inmediatamente de ella La veía llorar desconsoladamente y se encontraba muy demacrada. Cuando Nut le explicó que su deseo de tener una hijo se hacia imposible debido a la maldición de Ra.
Thot que era un ser inteligente y sabio le dijo.
No puedo romper la maldición de Ra, pero puedo tratar de evitarla. Espera aquí que voy a hablar con el dios Luna.
Thot sabía que Jonsu, el dios Luna, era jugador, así que lo retó a una partida de senet que era un juego que se jugaba en un tablero con 30 casillas y piezas para dos jugadores Jonsu no pudo resistirse ya que su pasión por el juego era bien conocida y rápidamente cedió al desafío.
¡Oh, Thot! -exclamó-. ¡Tal vez seas el dios más sabio, pero yo soy el mejor jugador de senet! No he perdido ninguna partida en toda la eternidad así que Jugaré contigo y te ganaré
Los dos se sentaron a jugar en una mesa de ébano incrustada con marfil. Thot Gano esa primera partida y Jonsu en un arranque de furia dijo.
Has tenido suerte, Thot - Apuesto una hora de mi luz a que te gano la siguiente partida
Thot sonriendo le acepto la siguiente partida de Senet y esta vez Thot volvió a ganarle a Jonsu una nueva hora de luz. Y obviamente Jonsu volvió a retar a Thot a nuevas partidad y todas y cada una de ellas las iba perdiendo ante el inteligente y hábil Thot.
En total Thot le había ganado a Jonsu la luz equivalente a 5 días así que con gran cortesía se levantó de la mesa llevando consigo la luz de esos días y comenzó a caminar lejos de el confundido dios Jonsu
Jonsu que nunca había sido derrotado leva