
Episode 348: “CUANDO DIOS NO PERDONÓ... NI A SU PROPIO HIJO”
No se pudo agregar al carrito
Add to Cart failed.
Error al Agregar a Lista de Deseos.
Error al eliminar de la lista de deseos.
Error al añadir a tu biblioteca
Error al seguir el podcast
Error al dejar de seguir el podcast
-
Narrado por:
-
De:
Acerca de esta escucha
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32).
En un mundo que trivializa la culpa y relativiza el pecado, el mensaje de la cruz irrumpe con fuerza y claridad: el pecado es tan grave, y la justicia divina tan santa, que ni siquiera el Hijo de Dios fue eximido del castigo por nuestra culpa. Este no fue un acto de crueldad, sino el clímax del amor eterno de Dios: entregar a su propio Hijo para que tú y yo no seamos condenados.
Hoy reflexionamos en esa frase tan impactante como gloriosa: Dios no perdonó ni a su propio Hijo… para poder perdonarnos a nosotros.
La cruz no fue un accidente ni una injusticia divina: fue el escenario en el que "la misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron." Salmo 85: 10. Allí se abrazaron la justicia perfecta y el amor inagotable.
Dios no escatimó a su Hijo, lo entregó voluntariamente, para que tú y yo pudiéramos tener vida. ¿Cómo responderemos a un amor así? ¿Cómo vivir indiferentes ante tan gran salvación? Este mensaje es un llamado a la gratitud reverente, a la obediencia motivada por amor, y a una vida que honre el sacrificio del Hijo.
"Padre nuestro,
nos postramos ante Ti con asombro y humildad.
Gracias por no habernos dejado en nuestra miseria,
y por no haber escatimado a tu Hijo amado.
Gracias, Jesús, por entregar tu vida en obediencia perfecta.
Te adoramos por la cruz,
por la sangre derramada,
y por el amor que sostuvo cada clavo.
Ayúdanos a vivir con gratitud, a caminar con fidelidad,
y a nunca olvidar el precio de nuestra redención.
En tu nombre glorioso,
Amén."
La gracia de Dios sea contigo.