• EDUCA BIEN A TUS HIJOS

  • Mar 11 2025
  • Duración: 2 m
  • Podcast

  • Resumen

  • Lee Deuteronomio 11:1–32

    Cuando mis hijos eran recién nacidos, una de mis cosas favoritas era poner mi dedo en la palma de su mano y ver como sus dedos lo envolvían. Este es un reflejo natural con el que nacen la mayoría de los bebés, no es algo que aprenden. Sin embargo, casi todo lo demás que un niño necesita saber en la vida debe aprenderlo. Invertimos miles de millones de dólares en sistemas escolares para ayudar a nuestros hijos a convertirse en adultos funcionales.

    Moisés entendía la importancia de la educación. Sabía que la próxima generación no recordaría cómo Dios los había liberado de Egipto, había provisto en el desierto y juzgado a los desobedientes (vv. 1–7). Sin embargo, la capacidad de Israel para permanecer en la Tierra Prometida requeriría su obediencia fiel (v. 13). Estos niños necesitarían que se les enseñara.

    Moisés confió esta responsabilidad principalmente a los padres. Instruyó a Israel: “Grábense estas palabras en el corazón y en la mente... enséñenselas a sus hijos y háblenles de ellas cuando estén en su casa y cuando vayan por el camino, cuando se acuesten y cuando se levanten” (vv. 18–19). Hablar de lo que el Señor ha hecho y lo que Él requiere debe ser parte de la vida normal. Los padres deben aprovechar cada oportunidad para señalarles a sus hijos al Señor como cuando se sientan a comer o trabajan en un proyecto en la casa o los acuestan a dormir.

    También somos llamados a hacer de nuestra fe parte de nuestra vida diaria. No solo pensamos en lo que Cristo ha hecho cuando estamos en la iglesia; debe estar presente en nuestras mentes durante todo el día. Es importante ayudar a inculcar la fe en nuestros hijos y en nosotros. Incluso si no tenemos hijos, hablar regularmente de lo que Dios ha hecho es una parte importante de la vida de fe (Salmos 1:2).

    • ¿Reservas tus conversaciones y pensamientos sobre Dios para el domingo? ¿Cómo puedes incorporar estas conversaciones en las partes cotidianas de tu vida?

    Ora con nosotros

    Jesús, confesamos nuestros corazones errantes y nuestra devoción a nuestra propia sabiduría. Señor, guíanos por Tus caminos y enséñanos Tus sendas. Tú eres Dios nuestro Salvador, y nuestra esperanza está en Ti todos los días de nuestra vida.

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