Recordando que todo lo que hacemos es porque nuestro cerebro instintivo ha dado la orden y todo lo que no hacemos es porque la orden no ha estado, la necesidad no estaba creada, podemos entender que para que dos personas discutan tienen que tener los dos la necesidad, la orden de pelear, porque con que uno no la tenga es suficiente, para que la pelea no tenga lugar. Si no percibimos a nadie como contrincante nuestro porque ya tenemos creada la necesidad, la orden, de percibir a los demás como víctimas de sus necesidades, desaparecerá la necesidad de pelear con nadie y así nos iremos humanizando, poco a poco, que es nuestro anhelo profundo. La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que mientras vas conversando con Manuela y con su acompañamiento, vayas descubriendo en tu historia cuántas veces peleaste con alguien porque percibiste que venía contra ti, o sea, le percibiste como tu contrincante y te llevó a sentirte muy mal y empezaste a culpar al otro primero hasta que en un momento dado también tú te culpabilizaste y sólo el tiempo fue quitándote el malestar, pero quedó grabada esa experiencia en tu memoria y la percepción de esa persona y la forma de relacionarte con ella nunca volvió a ser igual, porque si la vida no te permitió dejar de relacionarte con ella, cada vez que te veías obligada a hacerlo aparecía el miedo a su comportamiento y al tuyo. Recordando que todo lo que hacemos es porque nuestro cerebro instintivo ha dado la orden y todo lo que no hacemos es porque la orden no ha estado, la necesidad no estaba creada, podemos entender que para que dos personas discutan tienen que tener los dos la necesidad, la orden de pelear, porque con que uno no la tenga es suficiente, para que la pelea no tenga lugar. Si no percibimos a nadie como contrincante nuestro porque ya tenemos creada la necesidad, la orden, de percibir a los demás como víctimas de sus necesidades, desaparecerá la necesidad de pelear con nadie y así nos iremos humanizando, poco a poco, que es nuestro anhelo profundo. La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que mientras vas conversando con Manuela y con su acompañamiento, vayas descubriendo en tu historia cuántas veces peleaste con alguien porque percibiste que venía contra ti, o sea, le percibiste como tu contrincante y te llevó a sentirte muy mal y empezaste a culpar al otro primero hasta que en un momento dado también tú te culpabilizaste y sólo el tiempo fue quitándote el malestar, pero quedó grabada esa experiencia en tu memoria y la percepción de esa persona y la forma de relacionarte con ella nunca volvió a ser igual, porque si la vida no te permitió dejar de relacionarte con ella, cada vez que te veías obligada a hacerlo aparecía el miedo a su comportamiento y al tuyo. Recordando que todo lo que hacemos es porque nuestro cerebro instintivo ha dado la orden y todo lo que no hacemos es porque la orden no ha estado, la necesidad no estaba creada, podemos entender que para que dos personas discutan tienen que tener los dos la necesidad, la orden de pelear, porque con que uno no la tenga es suficiente, para que la pelea no tenga lugar. Si no percibimos a nadie como contrincante nuestro porque ya tenemos creada la necesidad, la orden, de percibir a los demás como víctimas de sus necesidades, desaparecerá la necesidad de pelear con nadie y así nos iremos humanizando, poco a poco, que es nuestro anhelo profundo. La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que mientras vas conversando con Manuela y con su acompañamiento, vayas descubriendo en tu historia cuántas veces peleaste con alguien porque percibiste que venía contra ti, o sea, le percibiste como tu contrincante y te llevó a sentirte muy mal y empezaste a culpar al otro primero hasta que en un momento dado también tú te culpabilizaste y sólo el tiempo fue quitándote el malestar, pero quedó grabada esa experiencia en tu memoria y la percepción de esa persona y la forma de relacionarte con ella nunca volvió a ser igual, porque si la vida no te permitió dejar de relacionarte con ella, cada vez que te veías obligada a hacerlo aparecía el miedo a su comportamiento y al tuyo. Recordando que todo lo que hacemos es porque nuestro cerebro instintivo ha dado la orden y todo lo que no hacemos es porque la orden no ha estado, la necesidad no estaba creada, podemos entender que para que dos personas discutan tienen que tener los dos la necesidad, la orden de pelear, porque con que uno no la tenga es suficiente, para que la pelea no tenga lugar. Si no percibimos a nadie como contrincante nuestro porque ya tenemos creada la necesidad, la orden, de percibir a los demás como víctimas de sus necesidades, desaparecerá la necesidad de pelear con nadie y así nos iremos humanizando, poco a poco, que es nuestro anhelo profundo. La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que mientras vas conversando con Manuela y con su acompañamiento, ...