
De "La infiltrada" y mis estados de ira
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Acerca de esta escucha
Pocos pondrían en discusión que John Ford o Francis Ford Coppola son dos de los más grandes directores de la historia del cine. Su cine es épico, genera emoción. Y lo hacen ambos creando ARTE, así, con mayúsculas. Arte que trasciende lo políticamente correcto, arte que se centra en difundir lo que la capacidad creativa de ambos directores les sugiere en cada momento. No importa que el discurso de Ford sobre las actuaciones de la Caballería americana hoy se considere reaccionario. O que en El Padrino, Ford Coppola construya una historia donde llega a hacernos empatizar con Vito y Michael Corleone, un par de asesinos irredentos. Mis escasos lectores habrán deducido ya que hoy voy a hablar de cine. Y lo haré a través de una de nuestras últimas películas que está generando una fuerte polémica, La infiltrada, de Arantxa Echevarría.