2.- Los caminos del señor son inescrutables

El tiempo pasa muy deprisa. A veces me da la sensación de que no somos realmente conscientes ni del paso del tiempo ni de lo efímera que es nuestra existencia.

Hace casi nada (la friolera de 30 años), estaba en Ferrol, en casa de mis padres, frente a un diario, contándole también mis aventuras, desventuras y padecimientos. En aquella época no me entendía muy bien y no era capaz de extraer los aprendizajes de las cosas que me pasaban.

Hoy estoy frente a una cámara, grabando un videopodcast, a modo de diario.

Durante estos quince días han sucedido una serie de acontecimientos y circunstancias, que me llevaron a pensar mucho en esta frase.

Si quisiéramos separarla de la religión y actualizarla un poco, podríamos decir que todo pasa por algo, aunque a veces no lo entendamos en el momento o nos frustre muchísimo.

¡Ahí os lo dejo!