Derretimiento de la isla

De: Anna Oyabe

Narrado por: Virtual Voice

Para bien o para mal, la economía de China es la más grande del mundo. Han tenido el mercado de automóviles más grande del mundo durante casi dos décadas y los bancos más grandes del mundo durante el mismo tiempo. Muchos economistas señalarán que el cielo se está cayendo y que el resto del mundo está condenado, lo cual es parcialmente cierto. Muchos analistas sienten que esto se debe a la falta de competitividad y creen que la democracia y el capitalismo están mostrando su edad. Hay que admitir que este pensamiento es correcto hasta cierto punto, pero en realidad, la mayor parte del crecimiento, el poder político y la esfera de influencia de China se sentirán principalmente en el este de Asia. Sin embargo, eventualmente se expandirá más allá del continente y se sentirá cada vez más en todo el mundo. Los países que afirman ser democráticos en el este de Asia se pondrán voluntariamente del lado de China y se convertirán en parte de ella a medida que sus líderes y poblaciones cedan a la codicia. La influencia de Occidente a nivel mundial se convertirá en un recuerdo lejano a medida que nos quedemos luchando guerras antiguas de formas arcaicas, y China continúe avanzando con su dominio económico, innovación y organización que se ha convertido en la admiración del mundo. Algunos morirán en el este de Asia, pero importará poco al resto del mundo a medida que las luchas internas y el caos se apoderen de nuestras propias sociedades y comunidades. La militarización no tendrá sentido más que para la defensa básica mientras nos asentamos en un período de destrucción mutua asegurada una vez más; no será una segunda Guerra Fría para la gran mayoría de las personas, ya que los políticos la venderán porque todas las personas lucharán contra la pobreza a medida que sus naciones se han convertido en provincias de China en este mundo posterior a COVID19.